martes, 25 de agosto de 2009

EL almohadón de plumas de Horacio Quiroga

Es un cuento de una pareja de esposos, en la que Alicia una rubia, angelical y tímida mujer quería mucho a su esposo Jordan, el por su parte amaba a su mujer, sin darlo a conocer se casaron y vivieron en una intensa dicha durante tres meses. La casa en que vivían tenia un gran patio, frisos , columnas y estatuas de mármol que daban la sensación de un palacio. En ese extraño nido de amor Alicia paso todo el otoño y no pensaba en nada hasta que su marido llegara de trabajar.

No es raro que adelgazara. Tuvo un ligero ataque de influenza que le duro varios días, nunca se reponía una tarde salio al jardín recostada en el hombro de su esposo y Jordan con ternura acaricio su cabeza pero Alicia rompió en llanto, fue ese el ultimo día que Alicia estuvo levantada, al día siguiente amaneció indispuesta el medico la reviso y le ordeno quietud y descanso absoluto. Tenia una debilidad que el medico no se explicaba sin vómitos ni nada, Alicia se complico y el medico constato que era una anemia aguda, pasaba hora y horas en su dormitorio, pronto empezó a tener alucinaciones confusas, los médicos volvieron y no entendían como se desangraba poco a poco en el día no le pasaba nada pero de noche se hacia peor su enfermedad y así estuvo durante 5 días hasta que finalmente murió.

La sirvienta entro en su dormitorio, y arreglo la cama le llamo la atención que en el almohadón habían manchas de sangre y llamo a Jordan para que observara y sobre la funda había un animal monstruoso una bola viviente y viscosa estaba lleno de sangre.

Noche a noche, desde que Alicia había caído en cama, había aplicado sigilosamente su boca -su trompa, mejor dicho- a las sienes de aquélla, chupándole la sangre. La picadura era casi imperceptible. En cinco días, en cinco noches, había vaciado a Alicia.

Estos parásitos de las aves, adquieren en ciertas condiciones proporciones enormes. La sangre humana parece serles particularmente favorable, y no es raro hallarlos en los almohadones de plumas.
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/quiroga/almohado.htm

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