lunes, 27 de octubre de 2008

la publicidad y los medios de comunicacion

La publicidad y la propaganda en los medios de comunicación
Juan Fco. González Ordóñez
Pedro J. González Sedeño
Eduardo E. Quesada Cañete

La publicidad y la propaganda están presentes en nuestra sociedad y tienen como vehículos de expresión a los medios de comunicación.
La publicidad puede ser considerada como un bien para el consumidor, ayudándole a conocer los distintos productos del mercado, o puede ser considerada como un modo de perpetuar la insatisfacción y la desigualdad social, creando nuevas necesidades en algunos casos ficticias (psicológicas, sociológicas, ...) que no corresponden a la realidad. La publicidad tiene distintas funciones como son la informativa, la económica, financiación de los medios de comunicación (pudiendo así mediatizarlos), sustitutiva, esterotipadora, desproblematizadora y la función conservadora.
A diferencia de la publicidad, que nos vende productos de consumo, la propaganda nos vende unas ideologías determinadas. Su finalidad básica es la del control de la población y de sus conductas. La propaganda y la democracia no son incompatibles ya que la propaganda es la medida de control de los estados democráticos, equiparable a la fuerza y el miedo utilizados por los estados autoritarios. En la democracia hay dos tipos de ciudadanos: la élite o clase especializada y la población o rebaño desconcertado. La élite es la que emite la propaganda y controla, o por lo menos lo intenta, a la población.
Los poderes económicos son los que poseen a los medios de comunicación, razón por la que dichos medios defienden unos ideales determinados, intentando, y consiguiendo en demasiadas ocasiones, crear consumidores pasivos en lugar de consumidores responsables y activos. Éstos poderes financieros no se rigen por los ideales democráticos sino por las reglas de los mercados internacionales. Lo económico prima sobre lo político, de forma que se ha producido una trasferencia de poder, donde son los poderes financieros los que ejercen más poder en ocasiones que los propios gobiernos.
El sistema democrático se ha debilitado. Lo que hoy importa es la economía, el mercado y no temas de estado como la política social.

¿los homosexuales causantes del VIH una enfermedad mortal?

Inicialmente el SIDA se vio como un brote característico de una enfermedad transmisible, que atacaba a hombres jóvenes homosexuales, se esparcía rápidamente y dejaba una gran huella de devastación. Se buscaron factores de riesgo y se identificaron comportamientos comunes como promiscuidad, utilización de nitrato de amilo y sexo anal. Pasó a ser la enfermedad de las 4 H: homosexuales, hemofílicos, haitianos y heroino-dependientes16.
Con el descubrimiento del virus, la investigación se volcó a un enfoque puramente biológico, en procura de caracterizar el microorganismo o de buscar el tratamiento, sin tener en cuenta los aspectos sociales. El enfoque determinista llevó a orientar las intervenciones en actos específicos como utilizar condón, abstenerse de donar sangre y usar jeringas vírgenes, pero no a un cambio en el complejo comportamiento sexual de las personas. Este juega un papel de primer orden en la diseminación de la epidemia, comoquiera que, hasta 1992, 71% de las infecciones por VIH se debían a comportamiento heterosexual y 15% a conducta homosexual17.
Se mantenía el énfasis en los grupos de alto riesgo, sobre los que sin duda se obtuvieron resultados importantes pero la situación con otros grupos como adolescentes es distinta. En EE.UU., por ejemplo, la edad media para iniciar la actividad sexual es 16 años y la tercera parte de los muchachos y la quinta parte de las jovencitas se inician antes de los 15 años17.
Después de haber tenido un enfoque de brote típico de una enfermedad infecciosa, sobre la que se ha argumentado con vehemencia que cumple los postulados de Koch, y que, por tanto, se puede asociar el virus con la enfermedad18, se pasó a un segundo paradigma porque el SIDA ya empezaba a cumplir con los postulados de una enfermedad crónica.
En primer lugar la duración de la infección que venía a quedarse por largo tiempo, contrariamente a otras enfermedades infecciosas caracterizadas por grandes epidemias y pronta desaparición como el cólera. Los estudios de etiología pasaron a ser estudios sobre la patología y los de prevención viraron a los de tratamiento. Se presentaba el cuadro clínico de la enfermedad crónica debilitante, de desarrollo lento, que persistía varios años. La investigación se centró en los mecanismos de la enfermedad usualmente a nivel celular y en los determinantes genéticos. Las intervenciones se enfatizaron en el filtro (screening), la demostración temprana y el tratamiento, y no en la prevención primaria. Hallar la terapia indicada y eficaz, representaría el éxito en el manejo de la enfermedad16